sábado, 9 de abril de 2011

Como comandante H.B. dijo en otra entrada "¡Otro peligro más en el aire!"

Como comandante H.B. dijo en otra entrada "¡Otro peligro más en el aire!".
Ayer 8 de Abril de 2011 por fin pasé el examen práctico de PPL. Fue un día muy intenso, eran las 12 de la mañana y recibo una llamada de la escuela y me dicen: "O haces hoy el examen o te tienes que esperar a después de Semana Santa, piensatelo y en 5 minutos te llamo". Después de pensarmelo y decidir que no era el momento porque no había podido repasar las maniobras y tener un chequeo con el instructor llamo para decir que "no" pero algo hace que en lugar de eso dijera: "estaba llamando para decir que no pero no sé por qué diré que si y haré el examen hoy".
Pre-vuelo:
A partir de ahí comenzaron las prisas..., me fui del trabajo corriendo para casa para recoger la mochila de vuelo y de ahí para LECU. Llego a las oficinas de la escuela y preparamos la ruta y repasamos algunas cosas para más tarde hacer el plan de vuelo, medir el combustible del avión y volver corriendo a las oficinas donde el examinador estaba esperando. En ese momento son los nervios los que te dominan, te presentas al examinador, le pides disculpas por el retraso y terminas de organizar la carga y centrado, meteo, notam... etc... Así que le explico la meteo y la ruta al examinador y nos vamos para el avión. Ocurrieron más anecdotas durante todo el día pero mejor no alargar más el texto.
Vuelo:
Llego al avión antes que el examinador y hago las correspondientes revisiones. En todo momento los nervios estaban a flor de piel y temía que pudieran influir en el examen. Estamos listos para salir, comunico con torre, rodamos a la pista 28, hacemos la prueba de motor y pido autorización para despegar. Hubo un momento durante el despegue en que todos esos nervios desaparecieron y a partir de ahí el vuelo comenzó a ir bien. Conseguí hacer la ruta sin perderme, también las maniobras salieron bien y la toma fue buena.
Conclusión:
Ya habíamos aparcado y estabamos subiendo a la oficina de la escuela por el ascensor, y yo aunque sabía que había ido bien todavía dudaba de si estaría aprobado, en ese momento el examinador me ofreció su mano y me dijo "enhorabuena" y en ese momento los nervios volvieron y no asimilaba que después de un largo tiempo, con mucho trabajo detrás, con muchas anécdotas, con buenos días y con malos días, todo había pasado y por fín ya me sentía piloto privado.
Mensaje para H.B:
Comandante, ahora toca seguir escribiendo la historia de la aviación y nos quedan muchos capítulos por delante...