La Segunda Guerra Mundial produjo numerosos prototipos de aeronaves en una frenética carrera por encontrar el arma perfecta. Uno de estos curiosos aviones fue el Douglas Mixmaster XB-42, cuya característica más llamativa era la la situación de sus dos rotores, justo en la cola del aparato.
La USAF buscaba un bombardero capaz de operar a altas velocidades de forma que pudiese ser una alternativa más económica y eficaz a los B-29.
A pesar de sus buenos resultados en las pruebas realizadas, el final de la II Guerra Mundial y el incipiente desarrollo de los reactores supusieron el final del programa con únicamente dos aviones construidos.
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