El "tanque volador" es una curiosidad más surgida de la II Guerra Mundial. El modelo, Antonov A-40, consistía en un tanque (un T60) que pudiese planear (gracias a unas alas acopladas al blindaje) tras ser remontado por un bombardero. De esta forma, tropas de paracaidistas, podrían ser equipadas tras ser lanzadas por detrás de las líneas enemigas.
El A-40 realizó su primer vuelo el 2 de septiembre de 1942. A pesar de que se aligeró al máximo el peso del tanque, el bombardero encargado de su lanzamiento (un TB-3), tuvo que lanzarlo antes de tiempo. Sin embargo, con la pericia del piloto, el A-40 fue capaz de aterrizar y el tanque pudo llegar a su base.
Finalmente, y ante las dificultades técnicas, el proyecto fue abandonado.
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