También podemos estar sometidos a cargas g negativas, por ejemplo en caso de hacer un picado invertido de forma que en este caso nuestro cuerpo es empujado hacia arriba.
Estas aceleraciones pueden ser muy elevadas (8 y 9 g) lo cual está en el límite de resistencia del piloto si se ve sometido a estas aceleraciones de forma prologada, porque unos de los efectos más nocivos es la variación que se produce en el recorrido sanguíneo de forma que bajo una carga g positiva fuerte, la sangre tiende a desplazarse de la cabeza a los pies y podemos perder fácilmente la conciencia por falta de riego sanguíneo en la cabeza. Para evitar esto los pilotos de combate llevan trajes “anti-g” que disponen de unas bolsas que se inflan para ejercer presión en la extremidades inferiores y evitar el efecto antes comentado. Aún así es fácil perder la conciencia al estar sometido a g positiva, en un efecto que se denomina “black out” porque se pierde la visión (visión en negro). Si las cargas g son negativas (hasta 2 o 3g) se produce el efecto contrario y la sangre se concentra de forma alarmante en la cabeza produciéndose una visión en rojo “red out”.
Las limitaciones del piloto suelen estar por encima de las limitaciones estructurales de la propia aeronave.
Piloto de F 16 sometido a cargas de hasta 9 g (una brutalidad)
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